Santiago Ramón y Cajal y la Instrucción Pública

    Santiago Ramón y Cajal fue un niño díscolo y mal estudiante. No obstante, su infancia puede considerarse profundamente educadora, un milagro de la voluntad. A pesar de sus travesuras, el pequeño Santiago realiza una gigantesca obra de autoeducación. Si se suprimen sus diabluras infantiles no es posible explicar su obra científica.
    Asombro, actitud interrogativa ante la Naturaleza y revelación: he aquí los pasos del saber científico que le llevaron al premio Nobel de Medicina en 1906. Renuncia a la propuesta de ser nombrado Ministro de Instrucción Pública: Era quimera acometer la magna obra de nuestra elevación pedagógica.
    El padre de la Neurociencia nos avanzó lo que podríamos llamar el paradigma educativo cajaliano para el siglo XXI: ¿Es preciso sacudir enérgicamente el bosque de las neuronas cerebrales adormecidas?.

    Escritor
    Materia
    INVESTIGACIÓN EDUCATIVA
    Idioma
    • Castellano
    Editorial
    Consejo Escolar del Estado
    EAN
    9789200069451
    Edición
    1
    Fecha publicación
    01-01-2012

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